A partir del diseño de
folletos impresos y digitales para la difusión de talleres artísticos, he
reflexionado acerca de la relación de los destinatarios de los mismos con la
tecnología en su vida cotidiana. Siguiendo su perfil de usuario, se pueden
caracterizar del siguiente modo: tienen una edad que oscila entre los 20 y los
50 años, siendo la mayoría mujeres, de un nivel socioeconómico medio, medio-alto
y alto. Buscan acceder a la capacitación de ciertas disciplinas tales como la
pintura y el dibujo.
Sus intereses están
relacionados con otros ámbitos de la cultura, como ser la literatura, la música
y el cine. Utilizan frecuentemente dispositivos tecnológicos como celular (Smartphone),
notebook, tablet, Facebook, Twitter (sobre todo los más jóvenes), Instagram,
entre otros. Buscan en la tecnología estar conectados, pertenecer a grupos, e
informarse (mantenerse constantemente actualizados)
Se podría identificar,
entonces, una búsqueda incesante de lo actual, caracterizada con el poder hacer
un simple click para acceder a lo que
uno quiere, a lo que uno piensa, sin restricciones; siendo esto parte del
paradigma tecnológico del informacionalismo (Castells). Este paradigma
concierne a la tecnología, y genera el tipo de sociedad red. Se constituyen
nuevos modos de relacionarse con los demás, con el conocimiento, con la
información, con la actualidad, con el adquirir productos, con el apropiarse,
con el hecho, además, de tener al alcance todo, de poder elegir todo el tiempo:
por lo que se va conformando un nuevo sujeto, un nuevo usuario.
Se genera una especie de
democratización de los recursos digitales, ya que hoy a través de las nuevas
tecnologías, se puede acceder a leer un libro, a visitar de modo virtual
diferentes instituciones, a crear productos, a publicar, a interactuar con el
otro; es decir, con las nuevas tecnologías se amplían las posibilidades de
acceder todos a lo mismo. Queda sólo elegir, ir construyendo el perfil, las
características de cada uno, la nueva identidad digital inserta en la sociedad
red.
Dicho nuevo sujeto y la
mencionada sociedad red son representados como “…el caleidoscopio de un hipertexto
global y electrónico” (Castells). Esta imagen que va cambiando todo el tiempo,
que es efímera, que está conformada por mensajes audiovisuales, diversos,
reales y virtuales, va construyendo nuevas subjetividades.
Es este paradigma en el
que se encuentran inmersos día a día los destinatarios de los folletos de los
talleres artísticos, produciéndose un encuentro entre lo tecnológico y lo
artístico. Por un lado, al ser su contexto cotidiano guiado por el paradigma en
cuestión, los usuarios están todo el tiempo atraídos por el hipertexto global y
electrónico; son cada vez más exigentes, cada vez menos constantes, por lo que
captar su atención para que consuman un determinado producto es de suma
complejidad. Sin embargo, en la actividad pictórica, los usuarios buscan un
lugar para evadirse de lo meramente productivo y funcional al mercado, para
desarrollar la imaginación, la creatividad y la sensibilidad. Esta paradoja es
un punto en tensión a tener en cuenta a la hora de diseñar la imagen que va a
capturar su atención para acercarse al taller.